El trabajo ocupa un lugar muy importante en la vida de la mayor parte de las personas, pues es donde se suele pasar una gran cantidad de tiempo. Si este es favorable, el bienestar aumenta y surgen oportunidades de estrechar lazos personales que van más allá de las fronteras de la oficina.
A veces, tal es la complicidad con los colegas de profesión que surge el romance entre reunión y reunión. Es una situación que puede ser entrañable y terminar en una maravillosa relación de pareja. Eso sí, siempre y cuando las dos personas estén solteras.
Pero, ¿puede haber una atracción entre compañeros de trabajo casados?, ¿cuáles son las señales que lo indican? En este artículo repasamos todos los signos que se muestran cuando dos personas casadas se atraen en el trabajo.
La atracción entre compañeros de trabajo casados
La vida de pareja tiene sus complicaciones, pues a menudo se pasa por etapas muy diferentes que se deben superar con éxito para que esta sobreviva al paso del tiempo. Las personas casadas tienen un nivel de compromiso adquirido que ya es muy elevado, y suele ser indicativo de que llevan un tiempo considerable juntas, el suficiente como para estar seguras de afianzar su situación personal.
Lo más común es que las atracciones en el trabajo entre personas casadas se den porque su situación de pareja no es favorable. Una insatisfacción en la vida personal, la rutina o las discusiones en casa pueden hacer que el trabajo sea el mejor refugio para huir de los problemas. Si además hay una persona con la que se es compatible y afín, la atracción está servida.
En otros casos hay conductas que no son tan circunstanciales. Hay personas casadas que no sienten la necesidad de ser fieles a sus parejas y toman como norma la búsqueda de nuevas oportunidades de relación fuera del matrimonio. Por lo tanto, hay casos muy diferentes, y varias situaciones en las que se puede dar esa química en la oficina que resulta cuanto menos inapropiada. Como las personas implicadas son conocedoras de su situación intentarán que pase totalmente desapercibido. No obstante, habrá señales que serán totalmente reveladoras.
Señales que delatan la atracción entre compañeros casados
El ambiente de trabajo suele ser cambiante, pues a lo largo de la jornada hay momentos protagonizados por la tensión y otros que se prestan más a socializar con los demás. En el transcurso de todos ellos hay determinadas señales de atracción entre compañeros de trabajo que van a destacar frente al resto de las interacciones. ¿Sabrías reconocerlas? A continuación, te mostramos cuáles son.
El contacto visual
Cuando dos personas se atraen, es imposible que sean capaces de mantenerse en la misma estancia sin contacto visual de ningún tipo. De forma inconsciente tenemos la tendencia a buscar con la mirada a esa persona que nos llama la atención y por la que tenemos interés, aunque ni siquiera nos demos cuenta. En el trabajo será fácil pillar a dos personas casadas que están conectando intercambiarse miradas aunque no estén hablando entre ellas.
Tiempo a solas
Escapadas a tomar café juntos, tomar el mismo ascensor o hablar junto a la fotocopiadora. Los compañeros de trabajo que se atraen tratarán de buscar el momento para hablar en la intimidad y conocerse mejor o, ¿quién sabe? Tontear un poco sin que el resto del equipo se dé cuenta. Esto no suele ocurrir por generación espontánea, si no es porque ambos buscan esa conversación y tratan de crear esos pequeños momentos a lo largo de la jornada laboral.
Los reconocimientos
Es posible que toda la plantilla tenga un buen trato y el equipo trabaje con mucho compañerismo. En cambio, cuando hay dos personas que reconocen sus logros mutuamente con especial entusiasmo y se dan la enhorabuena por cada acierto en el trabajo, puede que se estén prestando una atención especial. Es un comportamiento muy habitual cuando hay una atracción en el trabajo, ya que se suelen ver más los triunfos de esa persona que nos tiene robado el corazón.
No hablan de sus parejas
Las personas casadas suelen hablar de sus parejas en momentos determinados o hacer mención a ellas. A veces es para explicar una situación concreta personal a los compañeros y en otras ocasiones en comentarios tan sencillos como “me marcho ya a casa, que mi marido me está esperando” cuando han terminado su jornada. Cuando hay una atracción entre compañeros casados, estos suelen evitar mencionar a sus parejas, aunque todo el mundo (incluidos ellos mismos) sepan de su existencia. En esos momentos no se sienten cómodos hablando de una tercera persona cuando les interesa la que realmente tienen delante.
Los horarios
¿Hay dos personas que se llevan muy bien en el trabajo y además tienen horarios que coinciden? Curiosamente, llegan más o menos a la misma hora o solicitan los mismos turnos. Cuando eso está ocurriendo suele ser síntoma de que existe una atracción y que están buscando pasar más tiempo el uno con el otro. Puede que ni siquiera se lo hayan expresado mutuamente, pero está claro que hay un interés especial por ambas partes que resulta palpable.
Mejor aspecto en el trabajo
Todas las personas solemos ocuparnos de dar una buena imagen en el trabajo, un aspecto profesional que esté acorde con las circunstancias de nuestro entorno laboral. De hecho, la mayoría de la gente guarda parte de su armario solo para los fines de semana, cuando se viste más informal o se arregla para asistir a un evento especial. Cuando dos compañeros casados empiezan a tener más contacto visual, más complicidad, y además comienzan a arreglarse más para acudir a la oficina, esto suele querer decir que hay una importante atracción. Lo lógico es que si nos agrada alguien cuidemos más nuestro aspecto y queramos dar una buena impresión. Como el ámbito laboral es muy concreto, suelen ser cambios sutiles como un poco más de maquillaje o camisas más coloridas.
El lenguaje corporal
Hay auténticos expertos en disimular sus atracciones cuando están casados y se encuentran en un entorno ciertamente vulnerable. Procuran que no se les vea constantemente con la otra persona, tratan de marcar las distancias, etc. Sin embargo, lo que no se puede ocultar es el lenguaje corporal: algo que no controlamos. El cuerpo suele posicionarse hacia la persona que nos atrae por instinto, también están las miradas o cierto nerviosismo cuando el compañero está cerca que es muy complicado de disimular.